Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA)

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) están caracterizados por una alteración de conductas relacionadas con los hábitos de alimentación. Son múltiples los factores que influyen en su aparición, desde rasgos personales como el perfeccionismo o la impulsividad, a la baja autoestima, la dificultad para identificar y gestionar las emociones o la distorsión de la imagen corporal. Esta ultima de construye desde la infancia. De alguna forma, es el reflejo de cómo sentimos que nos ven los demás, de cómo aprendemos a vernos a través de la mirada externa. Y así, poco a poco se va construyendo la identidad. Esto explica la complejidad de los trastornos alimentarios, ya que la imagen que tenemos de nosotros mismos, y el cómo nos sentimos con ella, depende de las experiencias que hemos vivido, la seguridad que hemos sentido y los patrones de auto cuidado que hemos aprendido.

En la mayoría de ocasiones, el trastorno tiene su inicio en alguna vivencia negativa, lo que lleva a la persona a comenzar una dieta para adelgazar, debido al deseo inicial de perder peso y cambiar la forma de verse y sentirse con uno mismo. Poco a poco esto se va convirtiendo en una obsesión, ya que cada vez las conductas de restricción o atracones se vuelven más frecuentes, la imagen corporal no cambia y aumenta la sintomatología ansiosa, depresiva y disociativa, entre otras.

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En la clasificación de los trastornos de la Conducta Alimentaria se incluyen:

• Anorexia Nerviosa. Las personas que presentan este tipo de problema suelen querer pasar desapercibidas, no ser vistas, y utilizan la restricción de la comida para sentir algo de control ante situaciones o emociones que sienten que no pueden manejar. Sienten un miedo muy intenso a engordar. Además, suelen recurrir al vomito, el deporte excesivo o laxantes para perder seguir perdiendo peso.
• Bulimia Nerviosa. Las personas con este tipo de problema necesitan la comida de forma urgente para regularse, normalmente se dan atracones de gran cantidad de comida en poco tiempo, en algunos casos para llenar el vacío que sienten y que no saben como gestionar. Posteriormente, tras la perdida de control, buscan alivio en conductas compensatorias como el vomito, los laxantes o el deporte excesivo.
• Trastorno por Atracón (TA). Suelen utilizar la comida como forma de autorregulación, tanto emocional como conductual. A diferencia de las personas con bulimia nerviosa, no suelen realizar conductas compensatorias. En muchos casos, hay un aumento de peso, lo que genera un malestar intenso y gran sensación de perdida de control.
• Otros problemas como la hiperfagía, vigorexia o síndrome del comedor nocturno, presentan similitudes con los trastornos de la conducta alimentaria y tienen como base la mala relación con la comida y dificultades en la gestión las emociones.

En todos los casos se observa un enorme sufrimiento, una gran distorsión de la imagen corporal, mala regulación emocional y un pobre auto concepto. No saben cuidarse ni quererse, por este motivo llegan a tener serios problemas, personales, sociales, familiares y de salud.

En CETECO se trabaja de forma coordinada con los profesionales que estén implicados en el proceso: médicos, psiquiatras, nutricionistas o profesorado.

En cuanto a la intervención a nivel psicológico existirían diferentes fases en el tratamiento:

• Evaluación: en esta fase se recoge toda la información sobre la historia del paciente, se conocen hábitos, etcétera. Además, se va creando la alianza terapéutica y tomando conciencia del problema.
• Intervención: se trabajan aspectos como el control de las conductas alimentarias disfuncionales y conductas compensatorias, el autocuidado, regulación emocional, trabajo de los vínculos (apego) y la distorsión de la imagen corporal. Por ultimo, el procesamiento de todas aquellas experiencias negativas que hayan influido en la aparición o mantenimiento del problema, y que están impidiendo a la persona desarrollarse y vivir con bienestar.
• Seguimiento: cuando se va alcanzando la estabilidad tanto en hábitos alimentarios, como en el establecimiento de vínculos sanos, autocuidado, etcétera, y la persona se pueda desenvolver en su día a día con normalidad, se van espaciando las sesiones a lo largo del tiempo. Y se hace un seguimiento para ir trabajando aquellos aspectos que sigan interfiriendo en el bienestar del paciente, hasta dar el alta.