La importancia de establecer un vínculo seguro entre los niños y sus cuidadores

 

Son muchos los aspectos que determinan el adecuado desarrollo de los niños, pero algo fundamental, y a lo que se le debe dar la importancia que merecere, es al establecimiento de un vínculo segurp entre los niños y sus cuidadores. Hasta hace poco tiempo, entre los padres no se conocía lo suficiente el concepto de apego. Éste se define como una vinculación afectiva intensa, que se desarrolla y consolida entre el niño y sus cuidadores principales, a través de interacciones recíprocas, y cuyo objetivo inmediato es la búsqueda y mantenimiento de proximidad en momentos de amenaza, ya que esto produce seguridad, consuelo y protección.

Este vínculo suele aparecer entre los 0 y 3 años. A medida que los niños se desarrollan, exploran, cambian de entorno, se relacionan con gente nueva, etcétera, sus figuras de apego pueden ir variando. A lo largo de su vida, irán estableciendo más vínculos con otras personas.

Los aspectos en los que el apego juega un papel fundamental son los siguientes:

  •  Asegurar la supervivencia
  •  Darle seguridad
  •  Autoestima
  •  La posibilidad de intimar
  •  Refugiarse en momentos de angustia o confusión para sentirse seguro.

El apego tiene una serie de funciones básicas. A nivel biológico, te permite obtener protección y asegurar la supervivencia. A nivel psicológico, te permite adquirir seguridad. Además de esto, facilita la exploración y aprendizaje, fomenta la salud psicológica y física, favorece el desarrollo social, proporciona placer…

Pero el apego es un concepto mucho más amplio. A través de esta vinculación, el niño va construyendo la idea mental sobre su figura de apego: si está disponible cuando le necesita, si le dan cariño y protección… En función del concepto que genere el niño de su cuidador, generará la imagen sobre sí mismo.

Un apego de calidad debe cumplir varios requisitos:

  • Que el niño posea un concepto positivo de su figura de apego y de sí mismo.
  • Que posea buenas sensaciones y recuerdos de las experiencias pasadas.
  • Que tenga buenas expectativas de las situaciones futuras.

Si estas condiciones no se generan, ocurrirá todo lo contrario, y se generará un apego de mala calidad o inseguro.
Por tanto, un modelo mental positivo hace que sintamos seguridad, confianza y bienestar. En cambio, uno negativo, hace que sintamos inseguridad, desconfianza, ansiedad, indefensión, disgusto y malestar. Los bebés establecen enlaces afectivos con cualquier cuidador compatible, que sea sensible y receptivo a interactuar con ellos. La calidad del compromiso es más influyente que la cantidad de tiempo invertido.

La figura de apego de un nió puede ser cualquier persona que se comporte de manera “maternal´´ con él. Este término hace referencia al conjunto de componentes que se dan en la interacción social con el recién nacido.
Existen una serie de amenazas a la seguridad de los niños. Si hay una ausencia prolongada de su figura de apego (interrupción comunicación, no está disponible para atender sus necesidades emocionales o hay signos de rechazo o abandono.

De los 0 a 6 meses a los niños no les disgusta el contacto con cualquier persona. A los 6 meses ya distinguen entre conocidos y desconocidos. Entre los 6 meses y los 2 años es la etapa más importante. El niño lo tiene claro, muestra disgusto cuando se separa, y alegría con la proximidad. Tiene objetivos y planifica acciones en concecuencia. 

Las experiencias prematuras  con los cuidadores dan origen a la aparición del sistema de pensamientos, recuerdos, creencias, expectativas, emociones y el concepto sobre sí mismo y los demás, generando un modelo interno que continúa desarrollándose hasta la edad adulta.

El desarrollo del apego es un proceso transitorio, ya que los conceptos específicos del apego van cambiando con la edad, debido en parte a las experiencias que va viviendo, y en parte a los factores que le van acompañando.

El comportamiento de un niño, cuando se une a un cuidador, está determinado no sólo por como el cuidador ha tratado al niño, sino por la historia de afecto que el niño tiene sobre su cuidador.
La edad, el desarrollo cognitivo y la experiencia social promueven el desarrollo y la complejidad del modelo interno.

El tipo de apego desarrollado por el recién nacido depende de la calidad de la atención que reciben.
Si se da un apego inseguro prematuro, se prevén dificultades en el niño, sobre todo si este continua durante toda la infancia. Comparando con el ajuste de los niños con apego seguro, los de apego inseguro no están bien apoyados en muchos ámbitos de su vida, ponendo sus relaciones sociales en peligro. Ya que la forma que tienen de cinculares con sus figuras de apego, determina en gran medida el establecimiento y calidad de sus relaciones sociales futuras.

Por tanto, debemos ser conscientes de la importancia de establecer un vínculo seguro con nuestros hijos, y hacer todo lo posible por desarrollarlo.

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